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GONZALO TENA ASESINA A GERTRUDE STEIN

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GONZALO TENA ASESINA A GERTRUDE STEIN   

 

 

Como ya he dicho en numerosas ocasiones, el artista hace lo que le da la gana. El caso más reciente está en Gonzalo Tena quien después de años de dedicación fervorosa a Gertrude Stein le rinde un postrer homenaje liquidándola de su vida artística. Los exégetas nos hemos quemado las pestañas interpretando el vínculo entre Gonzalo y Gertrude y ahora va y la mata. Ese quiebro hace surgir esa expresión tan bonita en español antiguo de : donde dije digo digo diego. Es decir la cantidad de tinta que hemos gastado en entender  su fascinación por Gertrude queda ahora en agua de borrajas. En dos sendas ocasiones he hecho una cuidadosa aproximación a esa relación mórbida entre G y G.  

 

http://jesusmartinezclara.balearweb.net/post/85900http://jesusmartinezclara.balearweb.net/post/92328

en un fragmento del texto Presente Continuo  de su exposición :BEING   en el Torreón Fortea de Zaragoza, yo ya intuía que eso de disolver los sujetos era algo que gustaba a Gonzalo y escribí lo siguiente:  

 

  Contra el Yo.      Cumplida la descripción provisional de la obra, el exegeta quiere ejercer su derecho a la interpretación de estas obras y aquí aparece un nuevo desafío. Gonzalo Tena , como Gertrude Stein, se acerca con su obra a esa sensibilidad, digamos oriental que hace actuar los dos partes del cerebro a la vez, tal como insinúa la obra “The relation of Human Nature to the Human Mind” (2007)  en la que corazón (Human Nature)  y  mente (Human Mind) están formando parte de la misma expresión poética y pictórica.     Una parte del cerebro exige que  ante las obras con texto, con palabras pintadas de Gonzalo Tena se despliegue la batería argumental que ofrece la razón, extender toda suerte de desarrollos teoréticos, encadenar las palabras de un discurso que ayuden, a una mejor comprensión de su significado y  así ser culturalmente correcto. Si hay palabras, corresponder con más palabras. Es decir: romper el cristal.        Esa primera tentación crearía un ensordecedor estruendo y una violencia injusta pues, la principal tarea del intérprete es atravesar el cristal de la obra sin romperlo. Ser discreto.    La segunda parte del cerebro aconseja  que las obras de Gonzalo Tena  no deben ser argumentadas, no quieren afirmar la seguridad dominadora de especie sobre la cultura y el conocimiento humano, muy al contrario quieren eliminar el sujeto, pretendiendo desmontar los bastiones identitarios, tanto de quien las ha hecho , como de quien las mira.     Por eso, el ejercicio de su interpretación, no sería otra cosa que la afirmación egolátrica del intérprete, creyendo que solo él y el autor saben lo que la obra esconde. No es así. En una obra llena de cultismos referenciales la ignorancia administrada en conciencia, deviene virtud y no defecto. Es un paso más hacia la eliminación de la autosuficiencia del yo y del intérprete. Ahora , a propósito de su nueva exposición asesina, otro incauto y confiado exégeta ha escrito un magnífico texto que reproduzco a continuación. Pobrecillo, no sabe que a las primeras de cambio va Gonzalo y hace resucitar a doña Gertrud o la reencarna en un dibujillo digital, que parece que le está tirando. 

 

 

 

  Killing G de Gonzalo Tena en la Escuela de Arte de Teruel  El asesinato como parte del proceso 

 

 

El punto de partida de Killing G se halla en la colectiva Encajados, una exposición alternativa que puso en contacto a artistas turolenses y zaragozanos. En esa muestra Gonzalo Tena presentó un personal ready made: una voluminosa y pesada caja, rescatada no sin esfuerzo en lo más profundo de un desván, y cuyas tapas apenas se podían cerrar dejando entrever unas polvorientas toallas. Esa caja contenía la obra realizada por el pintor en torno a Gertudre Stein entre 2007 y 2008. De lo que ocultaba-mostraba ‘Redimeid (Prontohecho)’, titulo dado a la caja convertida en obra de arte, solo fueron verdaderamente conscientes quienes transportaron la caja.A primera vista en Killing G Gonzalo Tena plantea un ejercicio de iconoclasia radical, pues tras el rescate del desván de las obras decidió intervenir sobre ellas, aplicando gruesas capas de acrílico sobre la imágenes anteriores, ocultando el pastel original, las palabras entresacadas de los textos de Gertudre Stein e, incluso, su propia firma. Cuando comentó entre su círculo más próximo en lo que estaba trabajando reaccionaron como auténticos iconódulos, adoradores de la obra del pintor turolense, con extrañeza y algo de tristeza ante la destrucción de una serie importante en la trayectoria del artista, parecía que el propio autor en un ejercicio de travesura y desapego estaba emulando a los niños malos del arte británico, los hermanos Dinos y Jake Chapman, cuando pintaron caras de payasos sobre grabados originales de Goya.

En realidad nada hay mas alejado del pueril y mediático gamberrismo de los Chapman que el último trabajo de Gonzalo Tena. En Killing G, el pintor parece matar a su adorada Gertudris (más de uno a interpretado que la G hacia referencia al propio Gonzalo y no a la escritora norteamericana) tras mas de catorce años de fecunda relación artística y la entierra bajo una pintura grumosa y densa, de colores chillones, oro y plata. Este aparente ejercicio de autodestrucción, de harakiri artístico le permite desentrañar y sacar a la luz las tripas de un principio clave en su pensamiento pictórico: La pintura como proceso dialéctico de conocimiento, que ya no ofrece objetos terminados (cuadros) sino estados, etapas de un pasaje, de un proceso. Un concepto de la pintura formulado por el pintor en los años setenta dentro del grupo de Trama, y al que ha permanecido fiel durante toda su trayectoria. En Killing G, Gonzalo retoma el sendero partiendo de su obra anterior y continuando un proceso creativo como constante work in progress, sin un final previamente establecido ni buscado. Para ello recurre, acorde a sus últimas pesquisas, a una formulación cabalística y alquímica. El propio artista ha señalado que en la cábala tapar una palabra supone romper su sentido, dejarlo velado, escondido. Pero a la vez lo que se oculta reverbera, permanece tras su desaparición. La densidad de la superficie pictórica no es sino fruto de la fuerza interior de lo que cubre, que como el magma de un volcán presiona por emerger deformando hasta casi romper las capas superficiales, transformando la esencia de los materiales con los que entra en contacto. El magma que metamorfosea la superficie no es otro que la propia Gertrude Stein, rediviva por que tachar muchas veces se convierte en otra manera de subrayar.

                                                                            Ernesto Utrillas ValeroFotografías de Luis Loras    

 

 

PD. Mi relación en la distancia con Gonzalo Tena me confirma que tiene poderes. Justo cuando estoy redactando este Post. Me llama el cartero a la puerta , me trae el último número de la revista TURIA, el Nº 108, la del 30 Aniversario, con portada e ilustraciones del propio Gonzalo. Mágia Telemática.

    

        

 

  

 

   

 

 

 

     


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