Recuperar la fuerza de nuestros principios y valores

Los resultados de las elecciones municipales y autonómicas del pasado 24 de mayo han sido malos para el Partido Popular. No caben paños calientes, ni excusas. Los ciudadanos han dictado sentencia y han decidido que el Partido Popular pase a las filas de la oposición, a pesar de ser la fuerza política más votada.

Los partidos de izquierda, a su vez, firmarán un nuevo pacto, aunque sea a empujones. Un pacto de perdedores que tiene todos los visos de convertirse en un mero reparto de sillas, un simple intercambio de cromos, como ya lo fueron los dos malogrados “Pactes de Progrés”. En realidad, el único nexo que une a todos estos partidos es descabalgar del gobierno, de las distintas instituciones en juego, al Partido Popular. Éste es su objetivo común y es, de hecho, lo único que une férreamente sus voluntades

Ante esta situación, el Partido Popular tiene una nueva oportunidad para demostrar la grandeza y la cohesión del partido. La fuerza del PP se medirá en función de cómo sepamos reaccionar a este momento de prueba. Hay mucha gente que confía en nosotros, que cree en el proyecto del Partido Popular. Ahora, por tanto, es la hora de hacer oposición y de defender unas ideas y unas propuestas que tienen el respaldo de muchísima gente, sin falsos miedos, y sin complejos ridículos.

El congreso extraordinario, que se prevé tenga lugar después del verano, ha de ser un buen momento para recuperar la fuerza de nuestro discurso y robustecer la unidad del partido. Entre todos decidiremos quien debe tripular la nave popular, y lo haremos en un congreso en el que cada afiliado podrá expresarse y podrá votar.

En el PP no pueden existir ni facciones, ni odios, ni resentimientos, sino sólo ganas de recuperar un proyecto político de centro liberal reformista y de mayoría social. Los estatutos del partido marcan la pauta del Congreso, y el presidente ya ha expresado su renuncia a presentarse a la reelección, en beneficio de nuestro proyecto común, muy necesario para nuestra comunidad autónoma.

Somos, todos los afiliados del Partido Popular, por tanto, responsables de la reconstrucción de una alternativa de centro derecha en Baleares. Una alternativa que vuelva a ilusionar a los ciudadanos, una alternativa sensata y con los pies en el suelo. Una alternativa que se debe contraponer a las políticas sectarias y regresivas de la izquierda. Una alternativa sólida e imprescindible para una democracia moderna y saludable.

Ya no cabe, por tanto, lamerse las heridas. Ya basta de lamentaciones que no conducen a nada. Ya basta de absurdas cazas de brujas y declaraciones altisonantes. Ahora toca la tranquilidad, el debate sereno, y no las estridencias. Es la hora de actuar y de aprender de los errores. Es la hora también de hacer pedagogía, de dar razón de nuestras ideas y nuestras propuestas. Es la hora de saber movilizar a la sociedad civil. Seguramente también deberemos salir a la calle para defender nuestros derechos cuando estos sean pisoteados por nuestros gobernantes.

Hemos de ver, por tanto, estos cuatro años de travesía en el desierto como cuatro años llenos de oportunidades. Cuatro años para fortalecernos, para robustecer nuestro discurso y nuestros argumentos y estar listos para volver a gobernar dentro de cuatro años.