La primera cuestión que se le plantea al Govern es cuando tiene previsto recoger los árboles y ramas caídos por el cap de fibló de 2018 y que están suponiendo un grave riesgo para la isla en caso de un posible incendio, dado el fuerte calor y la sequedad del verano.
Después de casi un año sin que el Govern ni el Consell insular hayan hecho nada al respecto, se hace evidente que no se trata de un problema de tiempo, pues ha habido tiempo más que suficiente para que se hubiese podido recoger toda la rama y los árboles caídos y evitar poner en riesgo de incendio la isla, sino que se trata más bien de un problema de dejadez y de desidia por parte de los responsables del Govern y del Consell de Menorca.Las ramas secas y árboles caídos, y más en una época de calor y de clima tórrido como el actual, son un perfecto combustible que puede convertirse fácilmente en un incendio ante cualquier chispa que se pueda producir y que puede tener efectos devastadores. Sorprende por tanto la inacción y el pasotismo de la izquierda en una cuestión que debería ser fundamental.
Hemos pedido también explicaciones de los motivos del retraso incomprensible e inconcebible para dejar limpia la zona afectada por el cap de fibló. Los mismos que se llenan la boca diciendo que qui estima Menorca, no la destrueix, están poniendo la isla en riesgo cierto de ser destruida. Si hubiera un incendio, Dios no lo quiera, Menorca sería un polvorín. De hecho, el clima treméndamente caliente y seco es un cóctel explosivo. La limpieza del bosque afectado debería haber sido realizada hace mucho tiempo y nadie puede entender tamaña temeridad.Por último, VOX también ha solicitado una relación de las actuaciones que el Govern de les Illes Balears tiene previstas con el objetivo de reducir el riesgo de incendio en nuestra comunidad autónoma. No se trata de tener unos buenos y preparados equipos de bomberos, que también, lo más importante es aplicar medidas preventivas eficaces y, por desgracia, todo parece indicar que desde las administraciones públicas no se está realizando una auténtica política de prevención de incendios. Y para muestra un botón, pues la limpieza de bosques brilla por su ausencia.
Es necesario, por tanto, que la izquierda pase de las palabras a los hechos, que deje sus eslóganes y empiece a trabajar para solucionar este problema antes de que tengamos que lamentar desgracias. Tampoco se puede entender el silencio cómplice del GOB ante esta situación que clama al cielo. El GOB ha perdido toda su credibilidad, pues actúa como el Guadiana, cuando gobierna la derecha sale a la calle y hace ruido, y cuando gobiernan los suyos, se esconde y desaparece. Los falsos ecologistas que viven muy cómodos del erario público deberían preocuparse más de lo realmente importante, como que se limpien bien los bosques para evitar incendios y menos en protestar porque las carreteras sean más seguras y fluidas.