Hasta la Audiencia que ha dictado condena contra tres altos funcionarios del Govern Matas por el caso Mapau manifiesta su amargura porque estas tres personas - y no los políticos que les comandaban - sean los únicos que afronten responsabilidades penales por el caso. No me extraña porque el fracaso de la justicia en este caso - que resumí en un post reciente http://grosske.balearweb.net/post/117147 es realmente escandaloso.
La prensa - incluyendo aquéllos medios y periodistas que lanzaron al vuelo las campanas cuando el Tribunal Superior de Justicia exoneró a todos los políticos de cualquier responsabilidad penal - se suma unánimemente a este rasgar de vestiduras pero yo, hoy, me quiero rasgar las vestiduras por otra cosa que me parece aún más escandaloss y que parece pasar inadvertida.
Los tres altos funcionarios en cuestión - que, para la propia Audiencia, es obvio que actuaron por órdenes de sus superiores - han negado sistemáticamente que estas órdenes existieran. Es lo mismo que pasa en los juicios contra la mafia: al mafiosete enjuiciado, se le recuerda que ha de respetar la Ley del Silencio, la famosa Omertá; que si lo hace será protegido y que, si no , será castigado.
A mí lo que más me impresiona en estos momentos es que estos tres altos funcionarios hayan respetado hasta el final la ley de l'Omertà. Alguien o algunos del partido ha ido a explicarles que, si lo hacían, no tenían que preocuparse de nada y, efectivamente, estoy seguro de que, mientras gobierne el PP, no les esperan más que alegrías