KAGEMUSA: TAKEDA SHINGEN

Akira Kurosawa en su película “Kagemusa” (La sombra del guerrero), nos presenta la legendaria figura de  Shingen: rápido como el viento, sereno como el bosque, fiero como el fuego, inmóvil como la montaña.

                             Caligrafía de Joshu M.C. que representa la famosa frase que definía a Takeda Shingen .

Este guerrero ganaba  las batallas con su presencia, sentado en la cima de una montaña, conocía la técnica adecuada para hacer salir de lo más profundo de sí mismo una energía poderosa y convincente. Su presencia inmóvil en la lucha creaba pavor en el enemigo, perturbaba cualquier plan estratégico. La eficacia de su “don” producía ante el contrario y ante sus propios guerreros, una poderosa conmoción del ánimo. Shingen  cae herido en una batalla,  va  a morir pero su presencia es fundamental  para conseguir el poder sobre más de 25.000 samurais en lucha y ordena buscar un doble que lo sustituya, consigue que un pequeño delincuente, un hombre vulgar se haga pasar por él y se erija como comandante, debe parecerse , y no es fácil. Además, debe ganar  la batalla con su presencia inmóvil. El hombre vulgar se convierte, tras la muerte de Shingen en su doble, después de un aprendizaje, con la técnica adecuada, hace salir de lo más profundo de sí mismo: la energía poderosa y convincente  que poseía su señor. Convence y conmueve a todo el mundo, vence con su “don” al enemigo.

La fuerza de la Conmoción estética se deriva también del uso correcto de nuestro cuerpo. El actor visible esta hecho de: piel, carne, huesos, esa es la materia prima del trabajo del actor. Sin accesorios, sin espadas romanas, ni utensilio alguno más que el propio cuerpo, lo demás lo que sobra,  quita lo fundamental, nos hace débiles.La conciencia corporal: piel carne huesos, huesos carne piel y una adecuada respiración permite escuchar el rumor de la energía primordial, la música interior que circula en todas las direcciones    canaliza el “ki” en la dirección adecuada. La respiración natural  y desbloqueadora hace todo lo demás al inspirar y al expirar. En Kyudo los ejes verticales  determinan el enraizamiento o “Ashibumi” de los pies del kyudoka, los más sabios “consiguen respirar por los pies” y los ejes horizontales permiten un desplazamiento  de la energía conducida por la flecha al dirigirse a su destino que, sorprendentemente, no es otro que el propio tirador de la flecha. El kyudoka  apunta a sí mismo y quizá, al final de toda una vida, con suerte, logre alcanzarse .De igual modo debe actuar aquel que se inicia en la práctica del movimiento y la conmoción, su objetivo no es otro que él mismo……  

 Este libro consigue  espiritualizar la técnica, la ritualiza, la hace trascendente y promueve un estado de la conciencia en el que el actor visible e invisible coincidan, nos permite desarrollar una mirada felina sobre la realidad, nos da las claves, la técnica adecuada para hacer salir de lo más profundo de nosotros mismos una energía poderosa y convincente, para mover y conmover con la rapidez del viento, la serenidad del bosque, la fiereza del fuego y la  inmovilidad de la montaña.  

Fragmento del prólogo que le hice al libro de Raimón Avila.” Moure i Commoure” Consciència corporal per a actors, músics i ballarins. Dip.de Barcelona/Institut del Teatre Barce