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Año XIII – ¿Cambio de la prótesis fonatoria? Teoría y un caso práctico increíble.

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Antes de practicar una laringectomía, un otorrinolaringólogo colabora y hasta participa como segundo en las que realiza otro cirujano.

Algo así hará, entiendo, para hacer una punción en la pared traqueoesofágica e implantar una prótesis fonatoria en fístula secundaria. Colocar una prótesis fonatoria es algo bastante más complejo que poner unos pendientes. Perforar el lóbulo de las orejas solo requiere cierta habilidad y precauciones; después, cualquiera, y cuantas veces desee, puede cambiar los pendientes.

La prótesis fonatoria es un adminículo, en teoría muy simple: un tubo de unos 6 mm de diámetro exterior y unos 3 mm de luz, de largo corriente es de 8 o 10 mm (los hay más cortos y más largos), en cada extremo tiene una brida en forma de arandela y en el interior, una válvula de aleta que se abre en una sola dirección (de la tráquea hacia el esófago). Este tubito se coloca en un orificio del diámetro aproximado de aquel, y se sostiene por la presión del orificio (llamado fístula) y por las bridas que lo mantienen dentro de la pared traqueoesofágica. Como se puede entender, se encuentra libre, al albur de las dilataciones, estrechamientos y variaciones de consistencia de los tejidos de su entorno.

Dilatadores

El orificio puede realizarse con un bisturí, mas, para que su factura sea limpiamente circular, lo adecuado es hacerlo con un punzón –mejor, del tipo trocar– y ensancharlo con un dilatador. Después habrá que medir la longitud del orificio (lo que es lo mismo, de la pared traqueoesofágica), para implantar la prótesis fonatoria que sea de longitud más próxima por exceso a la longitud de la fístula.

La primera prótesis frecuentemente se coloca tirando de un cable que la pasa por un tubo desde la boca hacia la tráquea. Esta intervención se hace en quirófano bajo anestesia general leve, y como "la hace quien sabe" o bajo el control de "quien sabe", no suele tener problemas si el paciente no ha recibido radioterapia o esta ha sido leve.

Si la primera prótesis se implanta en fístula primaria, es decir, integrada en la cirugía de la laringetomía total, la colocación se efectúa con el instrumental propio, el del quirófano y los dedos del cirujano ORL.

 

LA TEORIA

Por su naturaleza, y por incidencias, la prótesis tiene que cambiarse por otra nueva cada cierto tiempo, que se estima entre séis meses y un año. Y la sustitución, salvo la retrógrada, puede hacerla un facultativo que conozca su manejo, no necesariamente un otorrinolaringólogo.

La sustitución es sencilla

La brida frontal de la prótesis lleva una prolongación en forma de tira o banda. Esta tira tiene dos funciones: una es sujetarla al insertor; la otra, para mover o girar la prótesis y de seguridad para evitar que pueda caerse dentro de la tráquea mientras se la manipula y se la deja adecuadamente colocada. La tira, al final, se corta y se retira.

Hay varios métodos para cambiar la prótesis. El primer paso será decidir si la prótesis nueva tiene que ser igual que la usada. Se extraerá la prótesis usada tirando de ella con unas pinzas. Si ha tenido fugas periprótesis, habrá que medir de nuevo la longitud de la fístula, ya que esta puede haber variado, y también comprobar si el diámetro es el adecuado.

Obviamente, habrá que revisar que la prótesis que se va a colocar está en buenas condiciones y que la válvula de aleta oscila correctamente.

Métodos de inserción

Excepto en el método retrogrado, una brida de la prótesis –o las dos– tendrá que ser plegada como un paraguas invertido.

Inserción frontal con capuchón

Se inserta un vástago en el orificio frontal de la prótesis y la tira de esta se sujeta en el vástago. Se pliega la brida posterior y se la encapsula en un ligero capuchón de gel soluble. Así, ya que todo queda en línea, se introduce el conjunto por el estoma y la prótesis en la fístula. Se comprueba y ajusta la colocación y se retira el vástago; entretanto la propia saliva habrá disuelto el capuchón y se habrá desplegado la brida. Se beben unos sorbos de agua para asegurarse de que no hay fuga, se prueba el habla, y, seguidamente, se corta y retira la tira de seguridad.

Sustitución con cápsula

Inserción retrógrada

Alambre guía con las prótesis

Para efectuar la inserción, una vez retirada la prótesis usada, desde la tráquea se pasa un cable guía por la fístula, que, introduciéndolo por el esófago y la faringe, sale por boca. En el cable se engancha la banda de la prótesis y a continuación se tira del extremo del cable que sale por la tráquea y se arrastra la prótesis hasta ubicarla en la fístula, y se desengancha el cable guía. Mediante la banda se ajusta la colocación. Se efectúan las comprobaciones pertinentes, y se corta y retira la banda.

Sustitución retrograda

Los dos sistemas descritos han caído en desuso. El primero, que era realmente cómodo para el paciente, no lo era tanto para el facultativo, a pesar de proporcionarle una buena visión del frontal de la fístula: plegar la brida y colocarle el capuchón era un tanto engorroso. Se ha provisto un adaptador, pero sigue siendo de uso reducido. El segundo sistema, el retrógrado, porque es molesto y desagradable para el paciente.

Inserción anterógrada por dispositivos tubulares

Los procedimientos habituales actualmente consisten en unos mecanismos tubulares con una parte cónica que se estrecha hasta el diámetro de la fístula traqueoesofágica. La prótesis, sujeta por la tira, se coloca en el interior; por empuje pasa al extremo estrecho a la par que la forma cónica del tubo pliega las bridas. Se introduce el extremo en la fístula, y cuando la prótesis alcanza el esófago, retrocede el tubo y se abren sucesivamente la solapa del esófago y la de la tráquea, y se separa el insertor de la tira de la prótesis. Se efectúan los ajustes de colocación y las comprobaciones pertinentes y se corta la tira de seguridad.

Sustitución anterograde por dispositivo tubular

Salvo imprevistos –si los hay, serán pocos–, cambiar una prótesis es sencillo.Y mi experiencia así me lo confirma. No me refiero a mi experiencia en cambiar prótesis, que no existe, sino como usuario. Entre finales del siglo XX y principios del actual hubo un notable desarrollo en el diseño de las prótesis fonatorias. En 1996-1997 Provox desarrolló una prótesis de segunda generación, la Provox 2.8,9, que, además de poder ser impantada retrográdamente, admitía la colocación anterógradala. El 8 de mayo de 2006 me implantaron una prótesis Blom-Singer Advantage, nuevo modelo que Inhealth había puesto en el mercado en 2003. Creo poder afirmar que fue la primera de esta marca y modelo que se implantó en Baleares. El mismo día, por la tarde, se implantó otra a un compañero. En los cuatro años, a la primera que me implantaron, le siguieron cuatro cambios; uno de ellos por fuga permanente intraprótesis. (Yo mismo me hice un tapón, que por un tubito prolongador se sujetaba fuera del estoma, y me puse en contacto con el ORL para acordar la cita.) Todos los cambios que me hicieron fueron cuestión de unos minutos; claro que que por algo tiene prestigio el ORL que me los hacía.


CASO PRÁCTICO

Para mejor ilustrar la teoría llevada a la práctica podría valer un caso real y resaltar algunos de sus aspectos y adornarle con algunas guindas para despertar la atención. No es, sin embargo, necesario aquí. Por tanto, voy a relatar llanamente lo que he conocido, que tiene suficiente interés por sí mismo.

 

***
Ha sido un día de locos, casi de infarto.
La cánula fugaba, pero no creas que me han creído, les ha costado darse cuenta y encima he tenido que escuchar antes de entrar a un capullo de orl decir que si filtra café que no lo tome. Con lo que ya he entrado diciendo que no es solo café, el agua también filtra.


Acabo de llegar del hospital.
Lo que no nos pase...
Le han quitado la cánula y luego no podían ponerle otra, han estado como una hora. Han intentando ponérsela retrógradamente con una guía y ha acabado vomitando y saliendo vómito por el traqueostoma. Al final ha venido otro orl y ha sido capaz de ponerle la cánula.

Te juro que no he pasado tanto miedo en mi vida viendo como salía el vómito, como no eran capaces de ponerla y lo mal que lo estaba pasando él.
Lo peor es que yo he visto salir el vómito y le digo a la OLR que seguramente ha aspirado y que si le van a hacer una placa y mandar antibióticos.
Y va y me dice: no te preocupes, lo ha echado por la tos, no habrá aspirado, pero le pongo el antibiótico y te mando a casa.
Yo estaba flipando como pensando: no puede ser verdad lo que me está diciendo.
Así que ni corta ni perezosa me he presentado en urgencias y he contado lo que nos ha pasado. Le han hecho una placa, una analítica y en la gasometría daba el oxigeno sanguíneo bajo. Han empezado con antibióticos endovenosos y lo han dejado en observación.

 

Al día siguiente, otra vez a la clínica. El tercer ORL le había colocado la prótesis. Aparentemente bien. Pero al cabo de unas horas también hubo fuga. Solo que distinta. No era, como había venido siendo fuga intraprótesis, había cambiado a fuga periprótesis. No era extraño. La fístula traqueoesofágica podía estar dilatada y alterada: el primer ORL hurgó mucho tiempo sin resultado. (Lo que no entiendo es por qué no usó el insertor tal como está previsto. Porque no le gusta así como se suministra, le quitó una pieza azul.); la segunda, una ORL, optó por el sistema del cable guía, y no acertó a colocar la prótesis, aunque, sí, desencadenó unos vómitos impresionantes, nada adecuados con la fístula abierta. Un tercer ORL, esté sí, había implantado una prótesis, que, como he dicho acabó fugando.

 

Arandela esofágica Provox

Ahora optó por colocar una arandela complementaria detrás de la brida frontal de la prótesis. Era un posible remedio. Pero no el remedio. La hija me dijo que la prótesis sobresalía en la tráquea y que tenía que forzar la cánula hacia un lado porque daba con la prótesis y temía sacarla arrastrándola. También me indicó que observaba holgura entre el frontal de la prótesis con la arandela y la piel de la tráquea. Puesto que era viernes, le dije controlaran lo que pasara el fin de semana; que, después de tanto forcejeo había que ver si la fístula se asentaba, y que la holgura, si persistía, podría solucionarse con una prótesis más corta.


El apaño de la arandela no bastaba para evitar la fuga. Fugaba porque la prótesis era demasiado larga.
Le han cambiado la prótesis por otra más corta y con una arandela adicional amplia y ligera que presiona en el esófago antes de la brida. El cambio ni 5 minutos. Eso sí, su orl. El de siempre. Y le han puesto otra prótesis nueva.
Tenía puesta la Provox Vega y le han puesto la XtraSeal, que incorpora una arandela esofágica.
Pero el ORL estaba como enfadado porque parece que vamos ahí por gusto; y mi madre le ha dicho que allí por gusto no vamos, que, es más, lo que estamos es deseando no ir.
Y que de paranoica no tengo nada; que yo cuando me quejo es por algo; que su hija sabe de lo que habla.

Sustitución anterograde por dispositivo tubular
Sí, su ORL de siempre, el que el viernes puso la arandela, no me creía que fugaba.
Y hoy, no lo ha creído hasta que no ha visto las cánulas y la zona que yo ayer me encargué de enseñar a mi madre y hermano para que les dijeran exactamente de donde fugaba.
Pero estoy quemada de tener que justificarme de que sé de lo que hablo.

 

Como final de este escrito he de manifestar que es preocupante lo que pudiera haber pasado, en este caso, si el paciente no hubiera tenido una hija DUE que se ha preocupado por conocer el proceso y consecuencias de una laringectomía y por qué motivo, habiéndole implantado una prótesis fonatoria, llevaba meses sin poder hablar, a lo que se ha unido una continuada y molestísima sarta de fugas. Y tengo que insistir en que este solo es el caso más llamativo de los que conozco.

El caso práctico con que he ilustrado la teoría de este escrito es, evidentemente, llamativo por lo insólito, con varios médicos participantes, que, además, ponían en duda los conocimientos que sobre la materia ha adquirido una DUE.

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Pienso que la mejor transmisión de conocimiento sobre la práctica de nuevos procedimientos se tiene que dar entre compañeros, y de cuidar que así sea no creo que no es ajeno el jefe de servicio de ORL, sin embargo no hay que olvidar que los envases de las prótesis y sus dispositivos para cambiarlas llevan folletos con instrucciones y advertencias para su uso. Además, los fabricantes facilitan material informativo, instructivo y didáctico específico para los profesionales y para los usuarios. Gran parte de este material y un notable aporte complementario está disponible en Internet. Por otra parte, no está demás que las principales marcas disponen de dispositivos equivalentes con variaciones de diseño.

Material informativo y didáctico


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