Ganar casi un millon de euros al mes (más un montón de extras por derechos de imagen, etc.) es una obscenbidad mayúscula. Es más o menos lo que ganan 1.500 personas (sumando sus sueldos) que se rompen la espalda cada día en diversos trabajos mal retribuídos. Para pagar el traspaso, 100 millones, el cálculo es fácil : necesitaríamos el sueldo de un mes de 150.000 asalariados de estas características
Se me dirá que toda esta pasta la pagan los aficionados al fútbol : los que van a los estadios, los que compran bufandas, relojes y camisetas, los que pagan abonos de televisión, los que hacen quinielas... Y es cierto, pero - ahí está el problema - sólo en parte.
El buisness futbolístico está dopado por unos poderes públicos que actúan en función del afán electoralista de sus gestores. Ni Hacienda ni la Seguridad Social ni los Ayuntamientos ni las Comunidades Autónomas tratan a los clubs de fútbol como al resto de empresas, asociaciones y ciudadanos.
Los clubes de primera y segunda deben unos 4000 millones de euros. La deuda de los clubs de primera con Hacienda ronda los 700 millones de euros y las deudas con seguridad social a unos 15 millones de euros... , un nivel de deuda que para cualquier otra empresa significaría echar la persiana. A ésto hay que añadir las esponsorizaciones y subvenciones más o menos solapadas y otro capítulo particularmente obsceno : los pelotazos urbanísticos amparados por los Ayuntamientos y de los que se han beneficiado la mayoría de los clubs de primera.
Que los clubs fichen por el montante que quieran fichar... pero no con mi dinero