El sectarismo de la Assemblea de Docents

Por enésima vez la justicia ha frenado las ansias de venganza de la radical Assemblea de Docents, en su eterna batalla judicial contra la que fuera consellera de Educación en la anterior legislatura, Joana Maria Camps.

La Juez del Juzgado de Instrucción número 4 de Palma ha desestimado el recurso de reforma interpuesto por la Assemblea de Docents contra el auto que decretaba el sobreseimiento de la causa abierta contra la exconsellera por el gasto público de sus viajes.

He perdido la cuenta de las veces que este caso ha sido archivado y, una y otra vez, inasequibles al desaliento, la Assemblea de Docents ha ido recurriendo todos y cada uno de los sucesivos archivos.

Era de esperar que, una vez más, se desestimara el recurso de la Assemblea de Docents. La propia demanda es ya, de por si, una insensatez. Pero el objetivo de este colectivo de profesores, frustrados y amargados, no es ganar el pleito. Eso es lo de menos. Su objetivo es destrozar al que consideran su contrincante, desgastar al Partido Popular y, sobretodo, asustar a quienes, en un futuro, pudieran tener la tentación de toser a los talibanes de la Assemblea de Docents.

La táctica de los sectarios es, precisamente ésta, intentar desprestigiar a quienes no piensan como ellos, crujirlos a demandas, marginarlos socialmente, para después tener el terreno abonado para imponer sus ideas radicales y totalitarias. Su interés no son los alumnos, no es mejorar la calidad educativa. Su único interés es político y utilizan las aulas como plataforma para reivindicar sus planteamientos ideológicos.

Afortunadamente, todavía en España hay una justicia que intenta ser imparcial, y está parando los pies, aunque lentamente, las ansias de revancha, de odio y de ensañamiento de este colectivo de presuntos docentes.

Tengo que decir, en honor a la verdad, que afortunadamente, este grupo es una minoría dentro del colectivo de maestros y profesores, la mayor parte de los cuales desarrollan abnegadamente y con gran profesionalidad su labor docente, en muchas ocasiones, en condiciones muy precarias.

Finalmente, quiero felicitar de todo corazón a Joana Mari Camps, primero por su trabajo al frente de la conselleria de Educación, trabajo nada fácil teniendo en cuenta la postura extremista de este colectivo. Y en segundo lugar, porque, poco a poco, se está demostrando la verdad de los hechos, y se están poniendo en evidencia las falsedades de la Assemblea de Docents, su actitud fascistoide, y como sus motivaciones son exclusivamente políticas.