En esta campaña se ha puesto de moda un término hermano de la democracia, la participación ciudadana. Pedimos más democracia, queremos participar más directamente, tener más voz en las decisiones, queremos más que una papeleta cada cuatro años.
Pero sobre la ciudadanía no hablamos tanto, según la R.A.E. , ciudadano es :
1. adj. Natural o vecino de una ciudad. U. t. c. s.
2. adj. Perteneciente o relativo a la ciudad o a los ciudadanos.
3. m. Habitante de las ciudades antiguas o de Estados modernos como sujeto de derechos políticos y que interviene, ejercitándolos, en el gobierno del país.
4. m. hombre bueno.
5. m. Aquel que en el pueblo de su domicilio tenía un estado medio entre el caballero y el trabajador manual.
Me gusta mucho la definición de ciudadano como hombre bueno. Y añadiría una palabra en la tercera definición, deberes, “sujeto de derechos y deberes políticos y que interviene, ejercitándolos, en el gobierno del país”. No quiero decir con deber político, la obligación de participar. Pero si se participa (con un voto, o participando en una asociación, o opinando, como hago yo ahora mismo, sobre política) se ha de hacer como un hombre bueno.
Un hombre bueno, un buen ciudadano, no vota por su interés personal. Acusamos a los políticos de actuar en demasiadas ocasiones sólo por su interés personal, pero no nos cuestionamos nuestro voto bajo el mismo criterio. Cuantas veces votamos a un partido por las promesas que nos influirían de manera directa y personal. Pienso en las bajadas de impuestos, o las ayudas al sector x, o las prestaciones o subsidios. Pensamos “esta propuesta me favorece, a ese partido irá mi voto”. Un buen ciudadano, debería medir no sólo su propio interés, si no el beneficio de la mayor parte de la sociedad en la que vive, de la que vive, aun ha riesgo de que su voto, le pueda perjudicar directamente.
Un hombre bueno, tiene auto crítica, y acepta las críticas y las discrepancias, sabe que no es poseedor de la Verdad, por eso, escucha otras voces, por eso intenta informarse, para lograr discernir estudia, aprende, se informa. Un hombre bueno, no se cree mejor que los demás, ni le interesa serlo, quiere ser mejor de lo que era ayer.
Estamos en una sociedad que no alimenta esa bondad en los hombres. Mas bien todo lo contrario. Vivimos en una sociedad competitiva, que fomenta y espera de los demás, que mientan, que se vendan así mismos como si fuésemos un producto a la venta. Todos mentimos en el curriculum, y si nos preguntan por nuestros defectos decimos “soy demasiado perfeccionista”, “tiendo a involucrarme demasiado en el trabajo”, y todos tenemos un nivel alto de inglés, e informática nivel usuario, dominamos Photoshop tras aprender a cortar y pegar. Y es lo que hay que hacer, por que lo hacen todos.
Volviendo a la participación ciudadana. Por supuesto que se debe fomentar, incentivar. Pero las dos partes, la participación, y la ciudadanía. Una democracia debe abrir las decisiones a la gente, y la gente debe entender que no es un derecho sin más, que tiene el deber de participar, entendiendo que se informará, que aceptará las discrepancias, escuchará otras voces, y tendrá la mano tendida para poder llegar a un consenso. Que a veces la opción más correcta no es la que le beneficia a él, o incluso la que beneficia a más gente, a veces la mejor opción es la que perjudica menos a todos, aunque no haya beneficios para nadie.
Una democracia formada por hombres buenos, ciudadanos responsables. Estamos lejos de este tipo de sociedad, puede ser una utopía irrealizable. Pero al menos en mi opinión, es la única democracia por la que vale la pena esforzarse.
Sergio Gallardo
