Conectividad aérea: una reflexión

La conectividad aérea es, sin duda, uno de los problemas más preocupantes de Menorca. El diari Menorca informaba hoy que el aeropuerto de la isla, en 2014, ha registrado el número más bajo de operaciones nacionales de los últimos 15 años, y en el que apenas hay un pequeño repunte en los vuelos internacionales. Unos datos que ponen en evidencia la enorme dimensión del problema.

Las dificultades de conectividad aérea son consecuencia de la baja rentabilidad de los vuelos con Menorca, y esto, a su vez, es debido a la baja población y a tener una industria turística de escaso relieve. Al no haber suficiente demanda con Menorca, menos compañías quieren volar con la isla. Al haber pocas compañías, menos competencia y precios más altos. Subiendo precios, menos gente está dispuesta a venir a Menorca y así sucesivamente. Menorca se encuentra atrapada en un círculo vicioso del que es muy difícil salir.

La solución a largo plazo pasa necesariamente por crear un producto turístico atractivo que conlleve que mayor número de personas quiera venir a Menorca. Por poner un ejemplo, los problemas de conectividad en Ibiza son mucho menores, precisamente, porque tienen un producto turístico muy conocido y atractivo. Ibiza recibe cada año más del doble de pasajeros que Menorca. Hay una gran demanda de gente que quiere ir a Ibiza, lo que lleva a que haya más compañías aéreas interesadas en volar con Ibiza. Más compañías, más competencia, en consecuencia mejores precios. Si los precios bajan, entonces más gente quiere volar, creando así un círculo virtuoso, precisamente todo lo contrario de lo que ocurre en Menorca.

Resulta curioso, sin embargo, que muchos de los que quieren una mejora de la conectividad aérea, son los primeros en demonizar el turismo, cuando éste es, sin duda, una de las vías más importantes para la solución del problema. Menorca tiene suficientes recursos como para poder ser un referente turístico. Como decía el exconseller de Turismo, el socialista Lázaro Criado: “tenemos la veta de oro, ahora sólo hay que hacer el anillo”. Hay que ir creando producto y abrir nuevos mercados.

En todo caso, querer buscar soluciones a corto plazo, cuyo denominador común es que la administración pública ponga dinero, obviando que la única solución sólida y de futuro es tener un producto turístico atractivo que suponga que más gente quiera viajar a Menorca, es un error que sólo conduce a la confusión y al desánimo.