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Diego Zaforteza Musoles y el primer recinto de Palma

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Fotografié las páginas de la conferencia de Diego Zaforteza Musoles titulada "Ciutat" y ya he empexado a escanear las fotografías transformando las imágenes de los textos en texto copiable. Como me suele ocurrir, necesito ir a la biblioteca otra vez pues siempre hay alguna fotografía borrosa, incompleta, con alguna sombra, por lo que se hace preciso completar o asegurar el texto escaneado.

En todo momento al leerla, conviene recordar que es una conferencia y no un artículo, una conferencia dada a unos jóvenes y no a historiadores conocedores del tema. La conferencia está muy bien estructurada, sus partes son claramente discernibles. Así, tras una presentación, habla del conocimiento de la ciudad como una pasión:

"Permitidme, pues, que os hable de uno de mis amores, ya que al hacerlo con cariño, lo haré con ilusión y ambos suplirán mi falta de elocuencia; permitidme que os hable de Palma, la ciudad querida; pero no de esta Palma de hoy que va perdiendo su personalidad al ataviarse con el desvaido atalaje del cosmopolitismo, de ésta, no, de aquella 'Ciutat de Mallorques' de nuestros abuelos, de la 'Medina Mayurka' de los hijos de Mahoma, de la ciudad fantástica, cuya mole ingente, al conjuro de una voluntad y una imaginación puestas al servicio del deseo, voy levantando en mi laboratorio, donde, por retortas y matraces tengo rimeros de libros y pergaminos hacinados y por elixires, notas añejas, citas pretéritas, acaecimientos de un ayer más o menos lejano..."

"Permitidme que os hable de esta ciudad, que se asentó junto a las ondas azules del mar latino, bajo un cielo a toda luz, en una campiña matizada de motivos orientales, la que fué Reina, y de la que, ¡da pena el decirlo!, no queda más que el recuerdo, su solar maltrecho, y algún que otro girón de tan bello lienzo..."

Tras esta declaración pasa a hablar de los recintos, es decir, de las murallas, de las que entiende que hubo cinco: romano, vándalo, árabe primero, Medina y renacentista. No utiliza estas palabras, sino primer recinto, segundo recinto, etc.

La conferencia es de 1932. Posteriormente se ha tratado este tema. Recogí algunos enlaces en Enlaces a los planos de Palma como al estudio de Juan Tous Meliá: La evolución urbana de Palma, una visión iconográfica, que ya es un estudio universitario. Este estudio se inicia con la información sobre los cinco recintos que en 1882 Pedro de Alcántara Peña expuso en el libro "Antiguos recintos fortificados de la Ciudad de Palma". Juan Tous Meliá considera que el tercer recinto, el de la "ciudad vieja", "urbs vetus", apoyándose en los estudios realizados por Magdalena Riera en su tesis doctoral "Evolució Urbana i Topografia de Madîna Mayûrqa", publicada en 1993, y en "Raíces de Palma" (2000) de Carlos García-Delgado, no existió realmente.

Así pues, Diego Zaforteza Musoles explica en 1932 los cinco recintos indicados por Pedro de Alcántara Peña, al cual cita como fuente de su conferencia. Recojo la parte dedicada al primer recinto, al que se le llamó "La Zuda":

plano
Plano de Antoni Verger (1596) . Murallas renacentistas

Es frecuente atribuir la fundación de una ciudad a origen mitológico, a la intervención de un dios. Para los antiguos fué este asunto importante.

La ciudad, como forma de organización social, siguió a la tribu, como ésta siguió a la familia. Los progresos de la  agricultura unieron varían tribus y nació la ciudad. Otras veces el aglutinante fué la fuerza, ya para la defensa, ya por la hegemonía de la tribu mas fuerte, que, violentamente se asociació a las demás.

Su origen es remotísimo, impreciso, en innumerables casos indeterminable, ya que la ciudad no nace repentinamente; su formación es lenta, reposada, respondiendo al concurso, a la concurrencia, de circunstancias económicas o políticas.

Tampoco es difícil hallar que se ignora la fecha de su fundación, ocurre las más de las veces, en la inmensa mayoría de los casos, y se suele recurrir, como a madero salvador, a la gastada frase de que su origen se pierde en la noche de los tiempos para encubrir el desconocimiento o la ignorancia.

¿Cuándo se fundó nuestra ciudad?

Siguiendo a Floro, en su epítome III, 8, los Baleares con sus piraterías infestaban el Mediterráneo, entorpeciendo y perjudicando el comercio romano, cuando allá para el año 123 antes de Jesucristo, Roma decidió mandar al Cónsul Quinto Cecilio Mételo con su poderosa escuadra, y tras no pocos esfuerzos se apoderó de estas islas, fundando Palma y Pollensa.(2) Este hecho le valió el nombre de Baleárico.

(2) Alcover.- "Los mozárabes baleares"

Ya sabemos, pues, alrededor de que fecha fué fundada y por quién.

Se asentó sobre un otero en el fondo de la bahía, y en su origen, más que población fué fortaleza, como lo demuestra lo exiguo de su perímetro, bastante menor que la manzana que forman el antiguo palacio de los Reyes de Mallorca y sus accesorios, ya que las tapias de esta fortaleza se perciben todavía a través de edificaciones adicionales.{3)

(3) En la descripción del desarrollo de la ciudad, seguimos a Peña en «Antiguos recintos fortificados de la Ciudad de Palma» y «Sant Crstofol de la Bossaria»; a Estada en «La Ciudad de Palma», y a Weyler en «Historia orgánica de las fuerzas militares de Mallorca.»

De gruesos muros, afectaba esta fortaleza la forma rectangular, flanqueada por cuatro torres cuadradas, con un aditamento, también rectangular, adosado a su lado norte.

Lo» dos torreones rneridionales se observan todavía, enmarcando la galería gótica del palacio, que dá al mar; el oriental se nota en el ángulo del patio del castillo, junto a la actual escalera principal, y el noroccidental, a penas sobresale de las edificaciones que lo rodean.

En cuanto al aditamento rectangular que parece ser la más antigua de las construcciones, fue la base de la elevada torre del Angel, que tantas modificaciones ha experimentado, hasta perder casi toda su elevación. Tal vez este aditamento fuera la primera defensa construida.

Su situación sobre un alto cabo batido por las olas y a la entrada del puerto natural que, atendiendo a la formación del subsuelo de Palma, y acusado por la falta de armonia entre los declives opuestos parece existió, cubriendo el terreno comprendido entre la iglesia de San Juan, la calle de San Cayetano, la entrada de la San Jaime y siguiendo hasta el Grand Hotel, para formar el fondo del puerto hacia la Rambla, donde desembocaba el torrente, derivaba luego hacia oriente ocupando el terreno donde se levanta el teatro, que por el desnivel formaba un escarpado hasta la calle de Berga. A continuación formaba dos senos, uno hacia la calle de Sanatacilia y Danús y el otro hacia la de Veri, separados por una punta que se hallaba cerca de San Nicolás. Este segundo seno, a la altura de la plazuela del Rosario, casi en ángulo recto, torcía a poniente paralelo a la calle de las Miñonas, cerca de cuya desaparecida iglesia formaba un cabo, y la línea de costa seguía a buscar el acantilado sobre el que se elevaba la fortificación, cubriendo las aguas lo que fué cuartel de caballería y las fortificaciones hasta el Baluarte del Príncipe.

De esto desprendemos, que a lo primero a que debió atender el cónsul romano, debió ser a afianzar su conquista y defender el puerto contra ingerencias extranjeras, y al aumentar el movimiento de éste por el acrecentamiento de la población, debió aumentarse el poder de la fortaleza, construyéndose la flanqueada por los cuatro torreones.

La primera población debió estar constituida por agricultores y pescadores, y tal vez marinos. Los primeros debían habitar junto a la fortaleza, en cuyos alrededores levantarían sus habitaciones, como lugar más próximo a los campos que cultivaban; los segundos, y en su caso, también los terceros, al pié del acantilado sobre la orilla formada por los detritus desprendidos del mismo, esto es, más cerca del mar, que era su elemento, y dada la forma que hemos deducido tenía el puerto, debió formarse ese núcleo bajo de población hacia la plaza del Rosario.

El núcleo urbano que se formó junto al castillo debió adquirir cierta importancia y hallarse, necesitado de defensa, ya que se le encerró en un muro que seguía el perímetro del actual castillo con sus dependencias, y debió formar el primer recinto de la ciudad. Del torreón sudoriental partía el muro hasta la esquina del palacio junto a la actual escalera que baja a la muralla, donde había una torre; de ahí, una serie de cortinas y torres, de las que todavía subsisten tres, terminaban en la esquina de la calle de la Seo con otro torreón, que fué demolido a fines del siglo XVII o principios del XVIII. Desde esta torre torcía el recinto hacia poniente para terminar en otra torre que estuvo situada al pié de las escaleras de la Catedral, desde donde el murallón y las torres intermedias corrían en dirección al Sur, para terminar sobre el lado de poniente de la vieja fortificación.

Este nuevo recinto, estaba flanqueado por once torres, cuatro principales y siete intermedias, y tuvo cuatro puerta» y probablemente dos portillos.

La puerta principal es la más cercana al Mirador; otra existe todavía frente la puerta principal de la Seo, y la tercera, hoy tapiada estuvo en el ángulo de la Sala de Armas. Al norte se abría la otra. Los dos portillos uno se hallaba en la parte Sur, y tal vez fuera la porta del Castell Reyal que ix al mar, de que habla el libro de Dadas del que fué Archivo del Real Patrimonio correspondiente a 1414. El portillo del oeste es presumible, si bien desconocido, pues, el relleno llevado a cabo al pié del muro para formar, en épocas posteriores, lo que se llamó el Prat del Rey debió cubrirlo.

Este fué sin duda el primer asiento de la ciudad romana, como lo asevera el hallazgo junto a la puerta principal de dos lápidas sepulcrales, conociendo la costumbre romana de enterrar a uno y otro lado del camino que conduce a la ciudad, empezando junto al muro de la misma. Estas dos lápidas, aunque de épocas distintas, cuya antigüedad se data a principios de la era cristiana, dicen asi:


D. M.
AVFID. PRISCAE.
VIX. ANN. XX.
MENS.º III
CAECILIA. CI.
IA. MATER.

la una, y la otra

D. M.
SARAVCIONIS
VIXIT. ANNIS.
XXXVIII. CELERI.
NA. SIBI. ET CONTV.
BIRNALII. FECIT.

que traducidas al romance, equivalen a:

A los dioses manes de Aufidia Prisca que vivió 20 años y 3 meses, su madre Cecilia Cila— la una, y la otra— A los dioses manes de Saraucio que vivió 38 afios. Celerina lo levantó para sí y los suyos.

El segundo recinto, siguiendo a Diego Zaforteza Musoles, sería construído en el siglo V. ("En 395 se produce la escisión del Imperio Romano, Palma queda sumida en un letargo o, al menos, es muy poca la información que se tiene de la ciudad. Se sabe que los vándalos conquistaron las islas Baleares en el 459, que la cristianización se produjo poco después, ya que en el 484 los obispos de las Baleares asisten al sínodo de Cartago. Hay indicios de que en 534 Bizancio incorpora las islas a su imperio".
"La Palma romana permanece sumergida y guarda celosamente sus secretos. Los restos arqueológicos localizados indican que estuvo habitada hasta el siglo VI. No existe información sobre los siglos VII a IX. Las futuras prospecciones arqueológicas permitirán desentrañar los numerosos enigmas históricos".). He recogido los dos párrafos de este paréntesis del estudio de Juan Tous Meliá.


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