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Diego Zaforteza Musoles (1884 - 1962) y 'La ciudad de Mallorca'

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En Patrimonio bibliográfico Mallorca 1932 encontré el impreso "Ciutat / conferencia leída por Diego Zaforteza y Musoles en la Federación de Estudiantes Católicos el día 3 de marzo de 1932, en la velada organizada por los estudiantes de Comercio", mas a continuación presenté la biografía de Mateo Zaforteza Musoles (1886 - 1961), hermano de Diego (1884 - 1962) en una confusión de nombres.

Fueron tres los hermanos Zaforteza Musoles: José (1881 - 1965), ingeniero industrial; Diego, historiador y Mateo, quien fue Alcalde de Palma entre 1936 y 1939).

José Zaforteza Musoles, Ingeniero Industrial, participó en Palma en la creación del coche LORYC, fundó en 1934 el Servicio Municipal de Agua y Alcantarillado (SMAYA) de Palma, creó y fue profesor de las Escuelas de Maestría Industrial de Inca y de Palma, y fue director de las centrales eléctricas de Alcudia y de Inca. Escribió el estudio El abastecimiento de agua de Palma (1945).

De Mateo Zaforteza Musoles ya puse su biografía en el artículo anteriormente citado. A diferencia de sus hermanos que nacieron en Valencia, Mateo nació en Palma. Licenciado en Derecho, entró en 1914 en el Cuerpo Jurídico del Ejército. Tuvo destinos en Palma y en Marruecos. En 1931 pasó a la situación de retirado y eligió residir en Palma. Alcalde de la ciudad entre 1936 y 1939, tras lo cual fue Fiscal Jefe del Ejército de Levante y en 1946, Coronel auditor con destino en la Capitanía General de las Baleares.

Diego Zaforteza Musoles fue historiador. En 1912 obtuvo la cátedra de Geografía Económica de la Escuela de Comercio de Zaragoza y posteriormente fue profesor de las de Palma y Valencia. Fue autor de varias monografías sobre la evolución histórica de Palma. Ciutat (1932); La fuente de la Princesa, vulgo de las tortugas (1954) y Can Berga (1958). Su obra principal es La ciudad de Mallorca. Ensayo histórico - toponímico, que es una historia de Palma hasta comienzo del siglo XX con atención a la historia de cada calle y plaza y su urbanismo, Consta de cinco tomos, publicados los cuatro primeros entre 1953 y 1960, y el quinto en 1988.

Publicó también Del Puig de Pollensa al Puig de Sitjar; Historia del Monasterio de la Purísima Concepción (1945) y El señoría de Genovés (1950).

Fue Caballero de la Orden de San Juan y miembro de la Academia de la Historia; de la de las Bellas Artes de San Sebastián; de la de Bones Lletres de Barcelona y del Centro de Cultura Valenciana.

ZMusolesV

La fuente de la que recojo esta información, la GEM, vol. 18, presenta en un recuadro un fragmento del Epílogo del tomo V de "La ciudad de Mallorca" escrito por G. Rosselló Bordoy. Recojo a continuación el Epílogo completo en el que trata sobre la publicación en 1988 de este tomo y de la figura de Diego Zaforteza Musoles:

Epílogo

Acabé de poner a máquina el tomo 5º el 12 abril 1958. Con esta nota, escueta, Diego Zaforteza Musoles ponía fin a su obra de investigación más conocida y útil: «La Ciudad de Mallorca. Ensayo histórico toponímico». Sin embargo este quinto volumen permanecerá en el olvido casi treinta años, dejando incompleta una obra que, a través de sus cuatro primeros volúmenes, ha sido un elemento de trabajo cotidiano para todos aquellos que nos ha preocupado el pasado de nuestra ciudad y hemos circulado por sus calles tanto como por las páginas del libro de Zaforteza.

Y... por fin, al cabo de treinta años, este libro se completa aportando el cúmulo de datos que echábamos a faltar. Realmente treinta años es un largo espacio de tiempo y cuan pocas series completas del libro podrán conseguirse ahora: lo publicado anteriormente, perdido o recubierto de polvo, el colofón nuevo y rozagante. Este problema podrá obviarse fácilmente pues es proyecto de los editores llegar a la paulatina reimpresión del fondo editorial ya conocido con el propósito de ofrecer la obra completa en un plazo prudencial.

Treinta años han borrado la imagen de un autor, que para muchos es un perfecto desconocido, con ello quisiera acercar la imagen del invesrigador desaparecido a las gentes de hoy que no recuerdan al personaje aunque sí conocen la obra.

Diego Zaforteza Musoles (Godella-Valencía, 28/8/1884, Palma de Mallorca 3/7/1962), aunque nacido fuera de Mallorca, pertenecía a una famlia de honda raigambre isleña, tal vez por esta circunstancia, puramente accidental, Zaforteza fue un hombre con una movilidad extraordinaria, hecho que comprobamos a través de su trayectoria profesional, pues si en 1912 obtuvo la Cátedra de Geografía Económica de la Escuela de Comercio de Zaragoza muy pronto pasó a la de Mallorca para marchar a Valencia, ya en los últimos años de su vida profesional para jubilarse en 1954. Este último traslado, con carácter voluntario según nos indican sus biógrafos le mantuvo fuera de la Isla en su época de madurez productiva, precisamente cuando redactaba esta obra que comenzaría a publicarse a raíz de su jubilación. Este alejamiento de la tierra de sus mayores podría explicar el por qué Zaforteza fue profeta en su tierra, cosa extraña entre los investigadores de nuestro pasado.

Sería en esta época cuando, jubilado, de retorno a Mallorca, entré en contacto breve con el profesor Zaforteza, a consecuencia de las investigaciones que realizaba sobre los plomos con inscripción hebraica que Diego Zaforteza había hallado en su finca de Ses Fontenelles de Santa María. Pude recabar toda la información posible sobre el tema y me sorprendió la lucidez de aquel hombre que había dedicado casi una vida a conocer y amar una ciudad como la nuestra.

Poco después a consecuencia de su fallecimiento en 1962 se cortó la relación digamos de aprendiz y maestro que si bien fue breve resultó provechosa. Fue en aquel entonces cuando supe de la existencia del manuscrito del quinto volumen de su obra pero no llegué a verlo ni mucho menos a manejarlo, aunque sí intenté en diversas ocasiones, a través de uno de mis hijos, el que este texto fundamental llegara a publicarse.

Circunstancias muy variadas me alejaron del tema, si bien en el año 1987 fue posible adquirir los plomos de Ses FonteneIles para engrosar las colecciones del Museo de Mallorca, gracias a la gestión de la Comunidad Autónoma de las Baleares y de este modo, un tanto de rechazo, supe nuevamente del manuscrito y de su proyectada edición que, ahora de mano del Excmo. Ayuntamiento de Palma, aparece para incorporarse al resto del libro publicado entre 1953 y 1960.

La actividad investigadora de Zaforteza Musoles no se limitó a la ciudad. Gracias al acceso directo al archivo de la antigua familia de los Vilaragut dio a conocer algunos aspectos concretos sobre personajes de esta familia: Violante de Vilaragut, segunda esposa de Jaime III de Mallorca o bien Margarida de Prades, viuda de Martín I, casada secretamente con Juan de Vilaragut. Sin embargo fue Palma de Mallorca el centro de su investigación pues, aparte su obra magna, conocemos algunas monografías como «Ciutat» (1932), «La fuente de la Princesa, vulgo de las tortugas» (1954), «Can Berga» (1958), «Del Puig de Pollensa al Puig del Sitjar» (1945) que nos jalonan una larga vida dedicada a su tierra y a su conocimiento. En especial, esta obra, fruto de su paciente labor archivística al catalogar el Archivo del Monasterio de la Concepción, tiene un interés fundamental pues nos da a conocer la complicada vida de las comunidades de religiosas Agustinas, sus diferentes cenobios y vicisitudes hasta su forzada unificación en el actual Monasterio de la Concepción de Palma.

Menos conocida fue su actividad como genealogista y heraldista, aunque se trasluce en toda su obra investigadora, devoción heredada de su padre Mateo Zaforteza y Crespí de Valldaura que supo inculcar en su hijo sus propias aficiones.

Su estancia en Valencia hizo que su bibliografía no haya sido completada con rigor y entre sus artículos cabría destacar un texto, fundamental para nuestra historia urbana, que prácticamente ha pasado desapercibido: Me refiero a «La azulejeria valenciana en la rotulación de la ciudad de Mallorca», publicado en 1956 en la revista Cultura Valenciana y por ello escasamente divulgado entre nosotros.

Este articulito, base de sus estudios de toponimia urbana nos da a conocer la pequeña historia y entresijos burocráticos de la primera rotulación oficial del callejero de Palma y explica en parte el interés del libro de Diego Zaforteza. A través de sus páginas podemos apreciar cómo un acuerdo del municipio, trascendental acuerdo pues iba a institucionalizar de modo oficial todo el nomenclator de la ciudad, tuvo que correr de la ceca a la meca para poder ser ultimado: decisiones, comisiones, contactos con azulejeros valencianos, regateos, etc.. de modo que en esta primera rotulación oficial de las calles de Palma se dilapidaron cuatro largos años en dimes y diretes, para, medio siglo después, reiniciar una nueva rotulación oficial del callejero palmesano, costumbre que ha ido convirtiéndose en inveterada, pues periódicamente las revisiones, con mayor o menor amplitud, van sucediéndose una a otra y los nombres cambian de modo vertiginoso, aunque la sabiduría popular, no adicta a cambios, mantenga viejas y tradicionales denominaciones.

La historia de las ciudades se hace en las calles, los grandes hechos, acontecimientos bélicos, grandes reformas urbanas desfiguran tan sólo el perfil de la ciudad, sin embargo la calle es intangible y permanece. De este modo aún hoy es posible rastrear la topografía de una Palma romana, lógica y cuadriculada, o la estructura radial de la Madina Mayurqa, más o menos desfiguradas pero inmutables. Cambian los nombres o los cambian, pues el pueblo es reacio a cambios, y a través del libro de Zaforteza podemos seguir una a una la pequeña historia de calles, plazas, callejones y recovecos de una ciudad de larga, muy larga vida, que al correr de los siglos ha cambiado de piel pero sigue intangible en su estructura física, desafiando modos y modas, zarabanda de cambios de titulación o estilos arquitectónicos. Adentrarnos en el interior de esta ciudad para conocer su evolución, su historia y, por qué no, su futuro tan sólo lo podemos hacer a través de este libro que, por fin, treinta años después llega a la luz con el frescor y la delicia con que Diego Zaforteza lo concibió, pues venturosamente el autor pudo dar fin a su obra que ahora, treinta años después, tan sólo despierta de un largo sueño.

G. Rosselló-Bordoy

Los cuatro tomos restantes fueron publicados por el Ayuntamiento de Palma entre 1987 y 1989, por lo que está la obra completa.


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