«El Papa Francisco ha asegurado sentirse "pasmado y consternado" por las noticias procedentes de Irak, y ha condenado la violencia "de todo tipo" y la destrucción, "por todas partes, de casas, patrimonios religiosos, históricos y culturales". "Todo esto ofende gravemente a Dios y a la humanidad. No se odia en nombre de Dios. No se hace la guerra en nombre de Dios", ha aseverado.» (ROMA, 10 (EUROPA PRESS)
Gustavo Doré. Grabado de las Cruzadas
No creo que sea necesario buscar ejemplos nada ejemplares incluso de papas guerreros.
En estos afanes piadosos, dignos herederos de la tradición bíblica, se hallan los llamados judíos; tienen reconocido prestigio las gestas de la cruz y la espada; y subsisten, como inmejorables avasalladores y depredadores los observantes de la Sharia.
Quizá el Papa Francisco conoce de sobra todo lo que he expuesto. Y no quería decir que “No se hace la guerra en nombre de Dios”, sino que no hay que hacerla en nombre de Dios. A pesar de que hasta ahora Dios está y ha he estado desde tiempo inmemorial incitando, cuando no ordenado, la guerra, protegiendo a su bando, otorgándole sus bendiciones y celebrando las victorias.
Sin afán exhaustivo y a vuela pluma, aquí van citas bíblicas:
«Moisés dijo al pueblo: –Escoged hombres de entre vosotros y armadlos para la guerra; atacarán a Madián para ejecutar en ellos la venganza del Señor.» Nm 31,3«¿Intentó algún dios acudir a sacarse un pueblo de en medio de otro con pruebas, signos y prodigios, en son de guerra, con mano fuerte y brazo extendido, con terribles portentos, como hizo el Señor, vuestro Dios, con vosotros contra los egipcios, ante vuestros ojos?» Dt 4,34
« Luego marchó a la guerra contra los amonitas. El Señor se los entregó.» Jue 11,32
« Se pusieron en camino hacia Betel y consultaron a Dios: –¿Quién de nosotros irá el primero a la guerra contra los benjaminitas? El Señor respondió: –Judá.» Jue 20,18
« Durante todo el reinado de Saúl hubo guerra abierta contra los filisteos. A todo mozo valiente y aguerrido que veía, Saúl lo enrolaba en su ejército.» 1 Sm 14,52
«–Tú sabes que mi padre, David, no pudo construir un templo en honor del Señor, su Dios, debido a las guerras en que se vio envuelto, mientras el Señor iba poniendo a sus enemigos bajo sus pies.» 1 Re 5,17
«…y hubo otros muchos muertos, porque esta guerra fue cosa de Dios. Se establecieron en su territorio hasta el destierro.» 1 Cr 5,22 «Entonces clamaron al Señor, los sacerdotes tocaron las trompetas, la tropa lanzó el grito de guerra y en aquel momento Dios derrotó a Jeroboán y a los israelitas ante Abías y Judá.» 2 Cr 13,15 «Dios lo ayudó en la guerra contra los filisteos, los árabes que habitaban en Gur-Baal y los meunitas.» 2 Cr 26,7 «Pero llegará un tiempo –oráculo del Señor– en que haré resonar en Rabat Amón el alarido de guerra: se convertirá en collado de escombros y sus ciudades serán incendiadas; entonces Israel heredará al heredero –lo dice el Señor–.» Jr 49,2 «Llamad a guerra santa a las naciones, a los reyes medos, con sus gobernadores y alcaldes y toda la tierra de sus dominios.» Jr 51,28 «–¿Quién es ese Rey de la Gloria? –El Señor, héroe valeroso, el Señor, héroe de la guerra.» Sal 24,8